19.9.07

6

Ibas corriendo a bañarte luego de estar en mi cuerpo ¿te daba asco?
Para que ya no te aflijas por eso, enrollaré tu sexo blando y dormido con un carrete de hilo dental mentolado, lo retendré ajustado mientras va del rosa al violeta al negro, y en tu insensibilidad no sabrás lo que ocurre hasta que lo desate y la sangre como termitas voraces refluya a tus venas, cargándote de nuevo de algo parecido a la vida. Deseo esa vida, por eso te mamaré con voracidad mientras llorás estúpidamente en tu hormiguero, te mamaré con la lengua y con los dientes hasta que retornes al rosa.
Y si acaso es muy tarde y ya la sangre no vuelve, con mis piadosas tijeras podaré tu anatomía desde la base, para que la gangrena no devore tu sagrado cuerpo.
No creo que lo extrañes, ya que de todas formas nunca sirvió para mucho. Ahora podrás bañarte sin tanta maniobra, bastará conque bajo el agua permanezcas unos instantes y dejes que el jabón se deslice por tu lisa superficie, por el monte mocho que dejará mi huella, con su extremo perforado como un volcán que mana leches inútiles en espontáneas contracciones eunucas.

No hay comentarios: